Si yo hiciera la siguiente pregunta ¿Ha escuchado de Dios últimamente? Esta pregunta sería dirigida a una multitud que incluyera a cristianos y no cristianos. También en esta multitud estarían los que profesan ser cristianos, los cristianos bíblicos, los cristianos separatistas, los cristianos carismáticos, los cristianos pentecostales, los cristianos contemplativos, los cristianos progresivos, los cristianos conservadores y así también agnósticos, escépticos y ateos.
Sus primeros pensamientos relacionados con una respuesta a mi pregunta, sin duda, serían tan diversos como sus perspectivas religiosas. Por ejemplo, los ateos y escépticos pensarían que yo estoy delirando. Los agnósticos no pensarían mucho al respecto y probablemente tampoco les importaría. Los cristianos contemplativos reaccionarían a mi pregunta como un apoyo o aprobación a su enfoque orientado a sus sentimientos intuitivos, cuando escuchan de Dios. Algunos de los Cristianos carismáticos y pentecostales podrían responder de la misma manera. Los cristianos conservadores y aquellos con una inclinación a la separación, se podrían preocupar que yo probablemente estuviera abandonando la Palabra escrita de Dios a favor de la comunicación subjetiva personal con Jesús. Todos los cristianos bíblicos, espero, se abstendrían de pensar mal de mí doctrinalmente, al menos por unos minutos. Ellos me darían la oportunidad de explicar lo que yo estoy tratando de formular al hacer tal pregunta y luego buscarían las Escrituras para comprobar si lo que estoy diciendo es cierto o no.
Permítanme hacer una declaración aparentemente controversial, antes de empezar a explicar lo que quiero decir. Si alguien que se hace llamar Cristiano no está escuchando de Dios, ésta persona tiene problemas, no problemas potenciales, sino problemas serios, esto está garantizado. Su situación es como la de un hombre en medio de un campo de minas sin un dispositivo para guiarlo y mantenerlo fuera de peligro. Dicho esto, ¿qué quiero decir realmente cuando pregunto, “¿ha escuchado de Dios?”
Es necesario comenzar con lo que creo que es responsabilidad del Señor: Dios tiene que comunicarse con aquellos a quienes Él creó. ¿Por qué? Porque hay solamente un número limitado de cosas que sabemos sobre Él sin Su directa comunicación con nosotros. Todo aquel que reconoce que el universo y todo en él, debe haber tenido un Creador/Diseñador, también entiende que el Creador debe ser infinitamente inteligente y poderoso. Esa conciencia, ese conocimiento, sin embargo, no suministra todos los detalles necesarios sobre el Creador ya que es algo que solamente Él puede proporcionar. Además, Él es infinito y nosotros somos finitos; nuestros propios esfuerzos para descubrir a un Dios infinito no pueden ir más allá de meras conjeturas. Esa misma ignorancia se aplica al conocimiento sobre nosotros mismos.
Razonemos por un momento. ¿Cuáles son algunas de las cosas que sólo Dios puede suministrar? Bueno, por una parte, ¡el conocimiento de quién es Él! Luego están Sus características y atributos, así como Sus razones por las cuales Él nos ha creado. ¿Y qué podemos decir de la condición de la humanidad, después de Su creación y posterior rebelión y separación de Él? Entonces, podemos aprender de Su plan para reconciliación entre Él y cada una de Sus criaturas creadas.
Sin que Dios nos pueda comunicar tal información, nos encontraríamos en un lodazal de especulaciones, conjeturas, teorías y opiniones sin fundamento. Por lo tanto, no sólo Dios debe comunicarse con nosotros, sino que Él debe hacerlo de una manera para que nosotros, como seres finitos e imperfectos, podamos entender. Esto Él ya lo ha hecho a través de Su comunicación directa con nosotros, la cual es, ¡Su Palabra. Sus Escrituras. Su Biblia!
Regresemos entonces a la pregunta: “¿Ha escuchado de Dios últimamente? Si lo que hemos escuchado no es basado en la Palabra escrita de Dios, estamos en el medio de un campo minado como mencionamos anteriormente. Cada paso es peligroso, aunque el primero de ellos no sea fatal. Pero así como los oficiales que están a cargo de los parques nacionales instruyen y advierten a los excursionistas: “Es el primer paso, fuera del camino indicado, que conduce a perderse.
La Biblia está llena de instrucciones, exhortaciones y advertencias sobre la necesidad de adherirse cuidadosamente a lo que la Palabra dice. Hebreos capítulo 2 comienza, "Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos” Este “deslizamiento”, ¿es algo que sea motivo de preocupación? En el segundo libro de Timoteo 4:3-4 declara, "Porque llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana doctrina, sino que, llevados de sus propios deseos, se rodearán de maestros que les digan las novelerías que quieren oír”. Jesús, en Mateo 24:4, advierte, "Mirad que nadie os engañe". Seriamente, el no hacer caso a las instrucciones de la Palabra escrita de Dios es como irse a la deriva o, como se mencionó anteriormente, es el apartarse del camino indicado, que Dios en su misericordia, ha presentado ante nosotros.
Lo que la Biblia suple es "sana doctrina", lo cual significa que esas enseñanzas fueron dadas a los profetas de Dios y registradas fielmente por ellos mediante el Espíritu Santo. Son enseñanzas objetivas de Dios, sin la influencia subjetiva de los hombres. Son Palabras de Dios, no del hombre (Gálatas 1:11-12). Sin embargo, se nos dice proféticamente que vendrá un tiempo en el cual los creyentes que profesan ser Cristianos y fieles a la Palabra, no permanecerán, o se deslizarán (no van a continuar firmemente) en las instrucciones de Dios. Falsos maestros los seducirán con sus doctrinas. Este hecho se confirma en la advertencia dada por Jesús en respuesta a sus discípulos respecto a los últimos días, antes de Su regreso, que se caracteriza por ser un tiempo de gran engaño (Mateo 24:4, 24). Aunque tal tiempo está sin duda ya sobre nosotros, el antídoto individual para los creyentes, se encuentra en la exhortación del apóstol Pablo a Timoteo: “Predica la palabra; persiste en hacerlo, sea o no oportuno; corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar” (2 Timoteo 4:2). “Persistir” en la sana doctrina significa leer la Palabra constantemente, creerla y vivirla.
Volviendo a la pregunta, "¿Ha escuchado de Dios últimamente?"¿Cuánto tiempo es "últimamente"? Espero que la respuesta sea contundente: “¡diariamente!” No hay mejor hábito para el creyente en Cristo Jesús que el leer la Biblia diariamente, al menos ninguno que yo sepa. Podemos citar algunas de las razones. Aquellos que han puesto su fe en Jesucristo y quienes creen que Él pagó la pena completa por sus pecados, han nacido de nuevo. Han recibido el regalo de la vida eterna y han comenzado una relación personal, íntima con Jesús su Salvador. Por supuesto, eso incluye amarlo.
Para que cualquier relación pueda desarrollarse y progresar, aumentando en el conocimiento que los individuos tienen de uno a otro es la clave. Todo el mundo sabe que es así, cuando se trata de personas con quienes se contacta en persona, ya sea en un matrimonio o en una relación con nuevos amigos o nuevos compañeros de trabajo, etcétera. ¿Qué podemos decir de la persona que quisiera tener una relación íntima con otra persona, pero no quisiera tener contacto en persona? Podríamos aconsejar a tal persona que tenga tal relación por correspondencia o establecer una amistad por “correo electrónico”, lo cual podría satisfacer el deseo de conocer a la persona mejor.
Bien, entonces ¿Cómo se podría desarrollar una relación con Jesús? Eso se puede hacer a través de la lectura de Su Palabra. Es a través de las Escrituras que aprendemos quien es Él, lo que ha hecho para nosotros, lo que Él quiere para nuestras vidas y lo mucho que nos ama. Se nos dice que, "Lo amamos porque Él nos amó primero" (Juan 1: 4:19). Cuanto más aprendemos de todo lo que Él ha hecho por nosotros, más crece nuestra relación con Él. Eso es lo que está en el centro de mi pregunta…“¿Ha escuchado de Dios últimamente?" Si no estamos escuchando de parte de Jesús diariamente a través de la lectura de Su Palabra (¡Él es la Palabra! Apocalipsis 19:13), nuestra relación con Él va a perjudicarse y va a decaer. Las circunstancias que ocurrieron con los de la iglesia de Éfeso, se nos dice que, "dejó su primer amor", es decir Jesús mismo, (Apocalipsis 2:4) ocurrió debido a su asignación o su desviación hacia otras cosas, incluso algunas de ellas eran buenas, pero ese enfoque equivocado, obstaculizó su relación de amor con Él. Así también nuestro amor por Él será apagado por nuestro propio descuido por no estar contactados con Él a través de las Escrituras.
¿Por qué sucede esto a muchos creyentes que saben, o son conscientes del horrible precio que Jesús pagó para salvarlos de sus pecados? Las razones, entre muchas, son las distracciones mundanas, retrocesos, la pereza, el amor a uno mismo más que a Él y para un número creciente de gente, el ser engañado con respecto a cómo debemos establecer una relación y poder comunicarnos con Él.
El primer medio para crecer en nuestra relación con Jesús, debe ser a través de las palabras escritas en la Escritura, que es la comunicación objetiva de Dios a la humanidad. Esto es fundamental, porque nuestra interpretación de la Palabra puede ser examinada en forma objetiva, según los principios de la hermenéutica. El gran engaño de nuestros días comenzó en el jardín del Edén con la sutil estratagema de Satanás para socavar el mandato de Dios a Adán y Eva, reemplazando lo que Dios había dicho en realidad, con interpretaciones falsas del hombre. Estas interpretaciones se formulan muy a menudo a través de las emociones, impresiones, sensibilidad personal, e intuiciones y así sucesivamente. Aquellos que toman este enfoque, dependen de sus sentimientos para su entendimiento. Esto también puede conducir al error de agregar presuposiciones propias, agendas personales, perjuicios, etc., al texto bíblico. Cuando las experiencias y sentimientos dominan la vida de una persona, la verdad de Dios se pierde.
A continuación vamos a ver algunos de los significados con respecto a la pregunta "¿Ha escuchado de Dios últimamente?" que se han presentado de cierta manera y que están en completo desacuerdo con lo que se presenta en este artículo. Últimamente, ha habido muchas interpretaciones que se han alejado de la interpretación objetiva de las Escrituras. Ahora, muchos insisten que ellos están escuchando a Dios personalmente, sin tener mucho en cuenta Su Palabra. Esto no es nada nuevo en la historia de la iglesia. En el tercer siglo D.C. los Padres Católicos del desierto enfocaban sus creencias en escuchar a Dios místicamente. Ese precedente continuó con el período monástico y clausura Católica y monjas místicas como Teresa de Ávila y Anne Catherine Emmerich, y se llegó a extender hasta el siglo veinte a través de sacerdotes y monjes como Thomas Merton y Henri Nouwen. Este último sacerdote ya fallecido, se convirtió en una persona favorita de muchos evangélicos influyentes, incluyendo Rick y Kay Warren. El Quaker Richard Foster y su organización “Renovaré” han sido instrumentales en el Movimiento Contemplativo, con sus métodos místicos (técnicas de meditación y rituales espirituales traídos del misticismo oriental), y son los que han influenciado al evangelismo de hoy en día.
Lo que ha ocurrido, de una manera más seria entre Pentecostales y Carismáticos, es el mismo subjetivismo espiritual, aunque envuelto en terminología bíblica. Algunos de sus líderes dan la impresión (intencionalmente) que están en una continua conversación con Dios. Una de las doctrinas falsas que se conjuran para apoyar sus herejías es la enseñanza de que Dios tiene dos modos básicos, pero diferentes de comunicación: logos y rhema. Su creencia es que “logos” es la comunicación de Dios a través de la palabra escrita y “rhema” es la palabra hablada. ¡Definitivamente esto no es cierto! En realidad, estos términos se utilizan indistintamente en todo el Nuevo Testamento. Además dicen ellos, según esta doctrina, la transmisión oral de Dios tiene autoridad (lo llaman "nueva revelación") sobre “logos”, es decir que los oyentes (los que escuchan la palabra hablada) están en un nivel más alto y por lo tanto, están más allá de ser corregidos por las Escrituras. Al igual que Satanás (Génesis 3:1-4), los líderes de este movimiento continuamente incorporan, añaden, socavan y contradicen la Palabra de Dios, mientras que sus seguidores cumplen y obedecen voluntariamente todas las supuestas revelaciones que sus líderes afirman tener. Todos aquellos conectados con la Nueva Reforma Apostólica (New Apostolic Reformation – NAR) como la Casa Internacional de Oración (International House of Prayer – IHOP), la Iglesia Bethel Redding, y la lista de Elías está entre los que están propagando tal error.
La experiencia de escuchar a Dios en forma audible parece ser una práctica aceptada entre las mujeres más influyentes en el Ministerio de hoy. Incluso un examen superficial de las enseñanzas de Beth Moore, Joyce Meyer, Priscilla Shirer, Sarah Young y Jennie Allen de la IF: La Reunión (Gathering) y sus conferencistas, revela que estas enseñanzas de "conversaciones con Dios", no tienen en cuenta lo que se dice en las Escrituras. Es indescriptible lo peligroso que esta enseñanza subjetiva es y a lo que conduce, espiritualmente hablando, a millones de mujeres Cristianas. Esto es peor que dar un paso equivocado alejándose de la Palabra de Dios, es un paso hacia un precipicio con ninguna ayuda de rescate (como la sana doctrina) a lo que uno puede socorrer. Una vez que un creyente empiece a creer las historias de los demás que “Dios me dijo,” la doctrina bíblica rápidamente se confunde con las cosas superfluas y se pierde en una mezcla de experiencias personales. Muy a menudo, las experiencias subjetivas y las enseñanzas reemplazan la sana doctrina y son aceptadas como verdad y suplantan incluso a las Escrituras. Entonces, evidentemente, se convierte en un caso de añadir a la Palabra de Dios, una práctica que la Biblia condena (Proverbios 30:5-6; Apocalipsis 22:18-19).
¿Son todas las experiencias personales subjetivas con Jesús condenadas? Por supuesto que no. Todo aquel que cree en el Evangelio comienza una relación íntima personal con Él. Esto no puede ocurrir sin la participación, hasta cierto punto, de las emociones. También puede incluir alguna forma de comunicación personal con Jesús, si Él lo elige, en la forma que Él lo elija, y cuando Él lo elija. La comunicación personal del Padre del Hijo y del Espíritu Santo se encuentra a lo largo de las Escrituras. La vida del apóstol Pablo en Cristo revela su orientación a menudo subjetiva y en comunicación con el Espíritu Santo. ¿Subjetiva? Sí. Por ejemplo, Pablo le es prohibido por el Espíritu predicar en Bitinia y es redirigido a Macedonia (Hechos 16:7-10). Esta comunicación directamente del Señor (subjetiva), fue dirigida solamente a Pablo en ese momento. ¿Fue un mandato objetivo de Dios, indicando que los creyentes nunca deberían ir a Bitinia a predicar? ¡No! Pedro escribe a los creyentes en Bitinia, obviamente el evangelio fue predicado y creído allí (Peter 1:1:1-2). Tres cosas son demostrados en estos versículos y en muchos otros: 1) El hecho que Dios se comunica con creyentes, es establecido; 2) Dios se comunica objetivamente a través de instrucciones y mandatos para todos aquellos que leen Su Palabra, y 3) Dios se comunica personalmente y subjetivamente, es decir, directamente con cada creyente.
Si el Señor decidiera comunicarse personalmente con un creyente en una forma personal, tal comunicación no debe ser recibida como si fuera al mismo nivel de lo que indica la Palabra de Dios y tampoco de ninguna manera puede esa comunicación reemplazar lo que ya está escrito en la Palabra de Dios. Además, como cada experiencia espiritual, tal experiencia tiene que ser comprobada: “Queridos hermanos, no crean a cualquiera que pretenda estar inspirado por el Espíritu, sino sométanlo a prueba para ver si es de Dios, porque han salido por el mundo muchos falsos profetas” (1 Juan 4:1). La prueba correcta para saber si el contenido de la comunicación o la experiencia que uno tiene es de Dios o no, tenemos que tener en cuenta lo siguiente: 1) Que tal experiencia sea fiel a las enseñanzas de las Escrituras y 2) Que tal experiencia o revelación sea fiel al carácter revelado en las tres personas de la Trinidad.
Libros promoviendo conversaciones con Dios como: “Dios está llamando” (God Calling), Un Curso en Milagros (A Course in Miracles), Conversaciones con Dios (Conversations with God), y Jesús está llamando (Jesus Calling), para enumerar sólo algunos, han sido muy populares dentro del mundo Cristiano, sobre todo porque pocos Cristianos parecen estar interesados en la aplicación del discernimiento bíblico, que está en desobediencia directa a la exhortación de Pablo a Timoteo: "Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2 Timoteo 2:15). Las dos mujeres que supuestamente tuvieron una experiencia con "Jesús" en “Dios está llamando”, dijeron que se sentían muy privilegiadas por haber sido "seleccionadas" para ser enseñadas personalmente por Él e indicaron que se sentían mucho más cómodas en no tener que depender de las palabras escritas. ¿Quién no quisiera ser personalmente alimentado espiritualmente por Jesús y estar convencido que su contenido de enseñanza estuviera a un nivel más alto que lo que ha sido escrito en la Biblia? Es una seducción increíblemente poderosa y que está engañando a millones en el Cristianismo hoy en día.
Oren por aquellos que han sido subyugados por quienes han decidido "no hablar de acuerdo a la palabra de Dios" (Isaías 8:20); y también oren por los pastores que no están protegiendo a sus ovejas advirtiéndolas en las palabras solemnes que “Toda Palabra de Dios es limpia; Él es escudo a los que en Él esperan. No añadas a Sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso” (Proverbios 30:5-6).
¿HA ESCUCHADO DE DIOS ÚLTIMAMENTE?
Marzo 2019
Títuloen inglés: “Heard From God Lately?” - TBC