"Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de Su gloria os gocéis con gran alegría. Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, Él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado." (1 Pedro 4:12-14)
El tópico de este artículo es intimidante en lo que a mí respecta. ¿Por qué yo, o alguna otra persona, que vive en los Estados Unidos de Norte América quisiera saber acerca de sufrimiento y persecución por el nombre de Cristo? Cualquier persona que lea la revista "La Voz de los Mártires" se puede dar cuenta que en este país no experimentamos nada comparado con los sufrimientos de los santos en otros lugares.
Por supuesto, esa no es la única clase de sufrimiento a lo que las Escrituras se refieren. Existe el sufrimiento por aflicciones físicas, enfermedades, dolencias, sufrimiento por hacer el bien, sufrimiento como consecuencia del pecado, sufrimiento de acuerdo a la voluntad de Dios, sufrimientos de pruebas, aflicciones satánicas, sufrimiento colectivo con otros creyentes, etc.
Yo tuve una aflicción física no hace mucho tiempo, pero no me atrevería a comparar ese sufrimiento con el sufrimiento de muchos otros que escriben a esta publicación por oraciones para aliviar sus condiciones físicas. La razón por la cual yo creo que Dios puso en mi mente el escribir este artículo no tiene nada que ver con mi sufrimiento ni tampoco con el sufrimiento de los demás. Lo que yo me refiero es la actitud prevalente en el Cristianismo Americano en lo que se refiere al sufrimiento que es: "¡Evitarlo a todo costo!"
Aunque parte de mí quisiera decir "amén" a esa manera de pensar, yo sé que esa actitud no refleja lo que la Biblia enseña. En realidad, esa errónea manera de pensar puede tener consecuencias desastrosas. Esa es una manera de pensar que distorsiona nuestra relación con el Señor y a la larga va a afectar también nuestra fe en Él, nuestro verdadero entendimiento de Dios y la verdad de Su Palabra.
El sufrimiento es una consecuencia del pecado. El sufrimiento no existía antes que el pecado entrara en el corazón de la humanidad. En el primer capítulo del libro de Génesis nos indica que la creación de Dios antes de la desobediencia de Adán y Eva era "muy bueno," es decir, perfecto en cada detalle. El pecado cambió todo eso y el sufrimiento siguió el inevitable y mortal virus del pecado. Aún así, Dios con su previo conocimiento infinito acerca de lo que el hombre podría hacer y las consecuencias de su acto, proveyó la solución por los pecados de la humanidad a través de la muerte sacrificante de Cristo y de Su resurrección. La justicia divina fue completamente satisfecha a través del pago que hizo nuestro salvador por nuestros pecados. Aún así, el sufrimiento temporal continúa. ¿Por qué?
La redención que fue dada por Jesucristo, aunque fue completa, es todavía una opción para los pecadores, el aceptarla por fe o rechazarla. El regalo de salvación por parte de Cristo estará disponible hasta que la última alma se arrepienta y crea. Hasta ese entonces, la opción de pecar y su sufrimiento como consecuencia, permanecerán como una realidad temporal de nuestras vidas.
Aunque el mundo puede mencionar algunos éxitos en disminuir el sufrimiento, sus más nobles esfuerzos pueden solamente reducir el sufrimiento o cubrir el conocimiento de tal sufrimiento. Las multimillonarias industrias de la llamada ciencia y de la psicoterapia nos continúan informado que pueden aliviar el sufrimiento mental. El eliminar todo sufrimiento está más allá de la capacidad de la humanidad, pero los esfuerzos presuntuosos continúan.
Eso es en lo que se refiere a la actitud secular del mundo, pero ¿cuál es la manera de pensar entre los religiosos? Los Budistas dicen que es el 'deseo' el cual es la causa de todo sufrimiento y por lo tanto enseña que cesando todo deseo resolvería el problema. Los Hindúes ponen sus esperanzas en la eliminación de todo sufrimiento a través del proceso de reencarnaciones. Ellos creen que con cada reencarnación el sufrimiento será menor y eventualmente el sufrimiento se eliminaría. Eso es lo que el yoga también enseña.
¿Y cuál es la manera de pensar entre los Cristianos? Pues la mayoría de ellos reflejan las acciones y la manera de pensar del mundo secular hasta cierto punto, en vez de adoptar lo que la Biblia nos enseña. Esto ha llevado a serios errores doctrinales entre aquellos que profesan ser Cristianos Bíblicos. Tal vez la forma más propagada de pensar es el concepto de "sanidad y de prosperidad" que acapara una gran poción de la supuesta televisión Cristiana. Los seguidores de este concepto o de este movimiento, promueven la falsa idea que el sufrimiento se terminó en la Cruz. Por lo tanto, esta manera de enseñanza dice que el sufrimiento es causado por la falta de fe de parte del que está sufriendo. Y así un error sigue a otro error y los proponentes del concepto de "sanidad y prosperidad" distorsionan la fe bíblica y la reducen a un 'método' que puede ser usado para evitar las enfermedades y para conseguir riquezas.
Todo este proceso se convierte en una forma de ciencia religiosa y mental y así convirtiendo a Dios en una entidad de fuerza que trabaja a través de leyes espirituales, especialmente por la fe, que Cristianos y hasta paganos pueden aplicar. Esto ha llevado a la doctrina de que la 'fe' de un individuo es determinada por la condición del individuo: por ejemplo, el pensar que uno tiene una enfermedad es un pensamiento "negativo", que produce tal enfermedad. El pensamiento positivo, por otra parte, nos proporciona buena salud y prosperidad económica. Con esta manera de pensar la humanidad viene a ser el árbitro de su condición por el control de sus pensamientos. Se nos ha dicho que esta es la manera que Dios opera y que nosotros también podemos hacer lo mismo como "dioses bajo el Dios." Y para completar con ésta blasfemia también se le añade una forma mortal de ocultismo que previene a la gente de solicitar ayuda médica, y así de esta manera el movimiento de "sanidad y prosperidad" completa su rebelión total en el nombre de Dios.
El sufrimiento es una condición a la cual todos estamos sujetos. Para poder confrontar el sufrimiento tenemos que empezar por entenderlo. En lo que se refiere al sufrimiento, y muchas otras cosas que están incluidas en la Palabra de Dios, necesitamos acudir al Señor por entendimiento: "La sabiduría es lo primero. ¡Adquiere sabiduría! Por sobre todas las cosas, adquiere discernimiento." (Proverbios 4:7). Empecemos con lo que es obvio en la Escritura.
Dios no ha eliminado completamente el sufrimiento de la humanidad. Jesús, quien es ambos, Dios y hombre perfecto sin pecado, sufrió como hombre en esta tierra. Todos los patriarcas sufrieron; Job sufrió; todos los apóstoles sufrieron; María, la madre virgen de Jesús, sufrió; los discípulos sufrieron, y Pablo nos da detalles acerca de cómo el pasó sufrimiento. Entendemos el origen del sufrimiento y la realidad del sufrimiento, pero ¿por qué Dios permitió el sufrimiento en las vidas de aquellos que lo amaban? Sabiendo lo que las Escrituras nos enseña acerca de las características de Dios, podemos concluir que si no hubiera habido algún beneficio en permitir que la humanidad (especialmente aquellos que lo aman) sufriera, Dios no lo hubiera permitido.
Aún así, las Escrituras nos enseñan las condiciones y la duración. El sufrimiento es temporal para todos y eterno para algunos. Para los creyentes el sufrimiento cesará en la puerta de la eternidad (Apocalipsis 21:4); para aquellos que rechazan la salvación que Dios ofrece a través de Jesucristo, el sufrimiento será eterno (2 Tesalonicenses 1:8, 9). Y entonces, ¿qué podemos decir del sufrimiento de hoy en día de aquellos que están perdidos y de aquellos que aman al Señor?
Para aquellos quienes todavía no han acudido al Señor por Su salvación, la condición de sufrimiento les está brindando oportunidades cruciales para que ellos se acerquen al Señor por Su ayuda. Para aquellos que acuden al Señor y aceptan Su ayuda y Su salvación, Dios les da Su misericordia para aliviar su sufrimiento temporal y también les da Su gracia para su nueva vida en Cristo y para su destino eterno (Hechos 2:21). Pero ¿qué podemos decir de aquellos que han nacido de nuevo en el Espíritu y han recibido el regalo de vida eterna? ¿Cuál es el beneficio o la importancia del sufrimiento en sus vidas? Prestándonos parte de un versículo del apóstol Pablo podemos decir: "¡En muchos aspectos!" El problema es que los detalles de parte de Dios acerca de la importancia del sufrimiento en la vida de un creyente, con pocas excepciones, están más allá de nuestro entendimiento. Sin embargo, hablando en manera general, las razones abundan en las páginas de las Escrituras.
La razón por la cual Dios permitió que Job sufriera fue hecha bastante clara a él y a nosotros. Uno de los resultados del sufrimiento de Job fue una relación más íntima con el Señor:
"De oídas había oído hablar de ti, pero ahora te veo con mis propios ojos. Por tanto, me retracto de lo que he dicho, y me arrepiento en polvo y ceniza." (Job:42:5-6 [5] I have heard of thee by the hearing of the ear: but now mine eye seeth thee.
[6] Wherefore I abhor myself, and repent in dust and ashes.
See All...).
Job descubrió durante su aflicción, que su conocimiento personal de Dios estaba siendo suprimido por su preocupación consigo mismo. Aunque Dios restauró a Job mucho más que lo que Satanás destruyó en su vida, las ganancias materiales de Job no se pueden comparar a la ganancia temporal y eterna y el valor y la importancia de su íntima relación con el Señor. La experiencia del sufrimiento de Job también nos enseña a nosotros acerca de nuestra propia preocupación con nosotros mismos.
La epístola de Hebreos fue escrita primeramente a Judíos Cristianos quienes eran perseguidos por "hermanos legalistas" y muchos de ellos fueron apartados de la vida que habían sido enseñados en la fe (Hebreos 2:1). Pero aún así, aquellos que sufrieron fueron exhortados a ser firmes en la fe por el ejemplo de santos de antaño que habían sufrido mucho más:
"Hubo mujeres que por la resurrección recobraron a sus muertos. Otros, en cambio, fueron muertos a golpes, pues para alcanzar una mejor resurrección no aceptaron que lo pusieran en libertad. Otros sufrieron la prueba de burlas y azotes, e incluso de cadenas y cárceles. Fueron apedreados, aserrados por la mitad, asesinados a filo de espada. Anduvieron fugitivos de aquí para allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando necesidades, afligidos y maltratados. ¡El mundo no merecía gente así! Anduvieron sin rumbo por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas. Aunque todos obtuvieron un testimonio favorable mediante la fe, ninguno de ellos vio el cumplimiento de la promesa." (Hebreos 11:35-39).
¿Cuál es el beneficio que podemos encontrar en el sufrimiento de estos santos? Solo podemos decir que sabemos que el Espíritu Santo usó su testimonio para darle valor y fuerza a aquellos a quienes la carta de Hebreos era dirigida y también para nosotros.
Para que no exista ninguna clase de confusión es necesario aclarar ciertos puntos. "Los santos" que se refiere en el libro de Hebreos son simplemente aquellos creyentes de antaño, de la misma manera que hoy en día se les llama santos a aquellos que han sido salvos solamente por la fe en el trabajo completo de Cristo nuestro salvador. Eso es lo que se llama un santo bíblico. Durante mi juventud cuando yo era Católico Romano, coleccionaba tarjetas de "santos" canonizados. Era una enseñanza común el llamar "santos" a aquellos que habían pasado por un gran sufrimiento. Muchos de ellos contribuyeron a su propio sufrimiento flagelándose ellos mismos. ¿Y eso por qué ? La Iglesia Católica enseña que es a través de sufrimiento personal, ya sea en esta tierra o en el Purgatorio (donde supuestamente los pecados se purgan completamente antes de entrar en el Cielo) los pecados pueden ser expiados. Esto es un rechazo a lo que el evangelio enseña y es una perversión del sufrimiento bíblico.
La vida ejemplar y productiva del apóstol Pablo con sus tantos sufrimientos, ha sido referida como "los peligros de Pablo". El mencionar todos sus sufrimientos tomaría el resto de este artículo, pero aún así aquí hay algunos ejemplos: Pablo fue azotado, encarcelado, apedreado, naufragó, estuvo en peligro de ríos, peligro de bandidos, peligro de compatriotas, peligro a manos de los gentiles, peligros en la ciudad, en el campo, en el mar, peligros de parte de falsos hermanos. Sufrió hambre, sed, frío y desnudez. (2 Corintios 11:22-27). También él sufrió angustia mental y aflicciones físicas y aún asía él declaraba en completa verdad: "Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte." (2 Corintios 12:10). ¿Cómo puede ser eso? Él nos dice: "...de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo." (2 Corintios 12:9).
Si la actitud de Pablo nos parece a nosotros un poco extraña, puede ser porque aunque nosotros conozcamos a Jesús personalmente, no lo conocemos lo suficiente para poder experimentar la profundidad de Su poder en nuestras vidas. También puede ser que no entendamos todo lo que Pablo quería contribuir en su vida temporal al servicio de Cristo, y no solamente durante su breve vida terrenal sino también para su vida eterna. Tenemos un indicio de esto cuando él nos dice: "... a fin de conocerle, y el poder de Su resurrección, y la participación de Sus padecimientos, llegando a ser semejante a Él en Su muerte." (Filipenses 3:10). Su corazón y su perspectiva eterna están también reflejadas cuando nos dice: "Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia." (Filipenses 1:21). "Sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos." (Romanos 14:8). Esto revela un amor profundo por Jesús que muchas veces no lo encontramos en nuestras vidas. El gran deseo de Pablo era que todos los creyentes lo pudieran seguir en el amor íntimo e identificación personal que él había experimentado con Jesús. ¡Pablo esperaba aún mejores experiencias a través de la eternidad!
Cuando Pablo escribió acerca de su ministerio a los Colosenses de su gozo "en mis sufrimientos por ustedes" y les amonestaba diciéndoles: "y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por Su cuerpo, que es la iglesia" (Colosenses 1:24), y ciertamente no estaba diciendo (contrariamente a lo que me enseñaron en la Iglesia Católica) que el pago que hizo Cristo por nuestros pecados era insuficiente. Tampoco él no podía expiar los pecados de los Colosenses sufriendo por ellos (otra falsa enseñanza católica). Las "aflicciones de Cristo" se mantienen presentes en nuestras vidas como un constante conocimiento que va a preparar a los creyentes en Él (Su cuerpo) cuando vayan a experimentar pruebas, persecuciones y tribulaciones (2 Timoteo 3:12). El apóstol Pablo, al igual que los otros apóstoles y los discípulos de Cristo, a través de la historia padecieron sufrimientos como consecuencia de la predicación y de sus vidas dedicadas al evangelio.
¿Cómo puede Pablo sentir gozo en sus sufrimientos por otros creyentes? Parte de la respuesta la podemos encontrar en el primer capítulo de la Segunda carta a los Corintios. Pablo y los creyentes serán ministrados por el "Padre de misericordias y Dios de toda consolación". La consolación de Pablo proveniente del Señor lo va a habilitar y también a consolar y a alentar a otros creyentes en su sufrimiento.
"Por que de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación. Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación y salvación, la cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos." (2 Corintios 1:5-6).
Para el creyente en Cristo, cada prueba de sufrimiento es una oportunidad para crecer en la fe, para crecer en nuestra relación con el Señor, y para verlo trabajar en nuestras vidas en Su manera única que demuestra Su compasión, Su apoyo, Sus tiernas misericordias, Su amorosa bondad, Su gracia y su amor interminable. Sólo Dios sabe lo que cada uno de nosotros necesita experimentar y aprender para poder ser "hechos conformes a la imagen de Su hijo" (Romanos 8:29).
Ya sea que nosotros o aquellos que el Señor ha puesto en nuestros corazones estén sufriendo, dejemos que la constante intercesión de Pablo por los Colosenses sea nuestra oración para nosotros y para nuestros seres queridos.
"Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de Su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad" (Colosenses 1:9-11).
Ninguna prueba o sufrimiento nos puede robar de nuestro gozo en Cristo mientras andemos como es digno del Señor, creciendo en el conocimiento de Dios y siendo fortalecidos por Él.
Título en inglés: "The Value of Suffering"